El fin está escrito

Era una noche fría, húmeda y ventosa, cuando él, abotonándose bien el abrigo sobre su cuerpo consumido y alzando el cuello por encima de las orejas agarró el tirador de la puerta para salir por fin a la calle. Sin embargo, en el último momento, volvió a dudar, se dio cuenta que no lo tenía … Seguir leyendo